.

De amor quise huir
y en el olvido enterrarme.
Buscar la paz en el silencio,
y en el claustro encerrarme.

Y cuanto más busqué silencio,
más ruido hacían mis pasos,
y la tierra amenazó hundirme
y revolcarme en el abismo.

Luché con la tormenta,
y con fuerzas débiles
salí triunfante.

Agotada, crucé las aguas
en barca de ilusión
que de árida desierto
a un oasis me llevó.

Y en esa verde antesala
sentí frío y tuve miedo
elevé una plegaria
y con fé me entregué.

Rápido obtuve...
> Leer el articulo

.

Padre y madre,
palabras sagradas
en lenguaje humano
encierran nobleza y sentimiento.

Hermano, pedazo de la misma carne
de espíritu diferente,
que si le amamos, igual podremos
odiarte, detestarle.

Amigo, es menos y es más
Es un ser que sin debernos nada
nos acoje con sonrisas
y nos recibe con derroche.

De su mesa compartimos lo que tiene
pan fresco o seco, pero nunca
falta el agua que apacigua
nuestra sed.

Padre, madre,
todos hemos tenido
y aún hermanos,
pero amigos ?
Poderlos...
> Leer el articulo

.

Ese fraile taciturno,
que en el silencio
de un rincón del mundo,
no se atreve mirar al cielo
para no desentonar
con sus sentidos
la armonía de su alma.

Lleva como abrigo
una sotana raída,
que en sí evoca
calor y frío.
Y con la humildad
arastra el polvo del hombre
y el hombre polvo.

¡Esa sombra fortifica!
Y miro con desprecio
los que divertirse dicen,
cuando, descargan sus fracasos
en pedantes fraseos,
que son el eco del
tormento de su alma.


E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ

.

Mes larmes coulent
comme le vent soufflé
sans laisser des traces.

Un ange est parti
fatigué de voir
tant de mal.

Les hommes se détruisent
pour un peu de joie
pendant que tant d’enfants
meurent de faim.
¡Infernal bruit mécanique
de fabriques d’armements !

¡ Dieu !... donne moi,
le pouvoir de fabriquer
des boîtes remplies de joie !

Des machines pour le bien
des pilules d’intelligence,
et… un sirop de bienveillance.


E.E.R. LEFEVRE DE WIRZ

.

¡Maldita Razón!
Que envenena al hombre.

Que le quita la libertad,
aún para hacer el mal.
Le roba horas de dolor,
haciéndole fingir felicidad.

De Dios le hace dudar
y aún de la existencia misma.
Le muestra caminos de gloria,
donde ya el primer peldaño
es obscuro vacilante e incierto.

¡Maldita Razón!
Que turbas la mente.
Quien fuera nube para viajar
el mundo entero.

Y sin Razón,
dejarse llevar del viento
y llover en llanto tormentoso
para luego en el mar, reír.

Reír a carcajadas,...
> Leer el articulo