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Siento el frio húmedo penetrar mis huesos,

la espalda entera adolorida,

la columna vertebral como rota;

siento que no puedo levantarme,

y todo en el cuerpo ¡ grita !

Siento que ma han reventado,

La cabeza entumida, los hematomas

afloran, el rostro, la piel morada.

El mundo no exite para mi.

Sóla siento dolor, congoja, angustia

¿ Me han qubrado los huesos ?

¿ me han vaciado el alma ?

El espiritu diluido en un

torrente de llanto ahogado.

Detrás, no sé que dejé.

Estoy enterrada debajo de varios

pisos, en una celda inmunda.

El suelo cubierto de una alfombra

movediza, de excremento fétido

de antiguos presidarios.

Sin un lugar donde sentarme,

sólo en el suelo mojado e inmundo.

Quisieron hacerme animal.

Y los otros...? ¿ Los compañeros ?

Los otros... aquellos valientes.

¿ Dónde están...? Unos

muertos de miedo, asustados

y con razón. Los otros...

Luchando contra la corriente.

Ésta no es una lucha nueva,

todo lo contrario, desde las guerras

más remotas: las del Peloponeso,

Cartago, Hitites - Bárbaros, Hunos

y Seferino; los campos de batalla

todos son odiosos y el "enemigo",

sea quien sea, es el enemigo

del Señor, del Dictador, del Fascista,

de la maquinaria gubernamental que

en nombre del Estado, por ambicion,

muele, pulveriza, tortura, sacrifica.

Un grupo de ingenuos, idealistas

instruidos, buenos y patriotas,

se fueron adelante como valientes

a cambiar lo que la nación

sufría por el atropello del Poder,

para conseguir la Libertad o la muertte.


Elvia Emilia Ramona Lefevre de Wirz - 1978

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Mis versos son los gritos del alma
de una mujer que comprendió que somos
el complemento de la creación divina,
con la fuerza de crear o destruir,
odiar o amar, y que nen el tiempo
y en el espacio sólo queda el misterio
de la muerte. A donde vamos ?

Dedico esta obra a los seres queridos
que compartieron los momentos plasmados en estos versos,
frutos de circunstancias historicas vividas con ellos y los otros.

A mis muertos queridos;
a mi padre, quien me enseñó que Patria no es un pasaporte,
Patria es la gente y un deber no...
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Quiero volver a quererte
como te quise
cuando era niña,
sin saber nada, amándote

¡ Qué importa saber
si se pierde el alma !
Amarte es tierno, blanco y bello,
sutil, perfumado, fortaleza.

Quiero volver a querer,
como se quiere la primera vez.
Tú das a mi feminidad
su dimensión completa.

Quiero quererte nuevamente,
como si el tiempo estático
penetrara mis vibraciones
y la energía respondiera en luz.

No me digas nada,
amor mío.
El silencio y la luz
son las delicias de un beso.

Mi...
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¡Orden establecido!
Falacia hipócrita
de unos gobernantes
esquizofrénicos!

La muerte violenta,
escrupulosamente
sádica, ha mantenido
la vida a prueba del dolor.

El tiempo se hacía infinito
en el dolor; y cada célula del cuerpo
en su conciencia individual y colectiva,
gemía ante la brutalidad del hombre.

Las tinieblas y el caos eran
tiernos y bellos ante el
oscurantismos de esos cerebros
crueles, sádicos e impasibles.

¡Orden establecido!
Falacia hipócrita
de unos...
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A la vuelta de la esquina
vi una luz y una estrella:
eran tus ojos azules
y tu esbelta silueta.

Hermosa imagen
llena de alegría.
Las calles risueñas
cantan cuando tu caminas.

Un rincón y el torbellino
del pasado acumulan los recuerdos,
como papeles perdidos
buscando su dueño.

Pananá querida.
Panamá lejana.
Juventud perdida.
¡Esperanza viva!


Elvia Emilia Ramona Lefevre de Wirz

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Oh, amor del cielo,
divino torrente de luz
emblema de nobleza
radiante de belleza.

Doncella helénica,
pálido tu rostro
por no ver el sol
la luna te engaña.

En tu pecho duerme el lobo,
se seca tu juventud
cuando abres tus brazos
al cobarde ladrón.

En amor sólo hay un camino,
el del beber la vida
en su cáliz sublime de dolor,
de donde luego surge el retoño.

Que Osiris cubra tu cabellera,
que Hammon teja en ella su manto,
que de tu boca nazca la verdad
que tu alma y cuerpo...
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